Consejo psicológico de la semana - Antecedentes y regulación de las emociones
Cada semana compartiremos un consejo de nuestra psicóloga escolar, la Sra. Rollins.
Esta semana hablamos de - Antecedentes y regulación de las emociones
Antecedente es una palabra elegante para referirse a lo que ocurre antes de que ocurra otro acontecimiento. La conexión entre los antecedentes y el comportamiento es muy importante para ayudar a nuestros alumnos en sus luchas emocionales. Entender qué ocurrió justo antes de un estallido emocional o incluso una serie de acontecimientos que podrían haber contribuido puede ser clave para ayudar a nuestros alumnos a regular mejor sus emociones.
Por ejemplo, si a su hijo le cuesta regular las emociones después de comer una gran cantidad de azúcar, limitar los alimentos azucarados puede serle de gran ayuda. Sin embargo, hay algunos acontecimientos que no siempre se pueden evitar, como ir al colegio, comer alimentos nutritivos, los simulacros de incendio, estar en grandes grupos de personas, tomar una medicación importante, etc.
Cuando queremos ayudar a nuestros hijos a regular mejor las emociones difíciles, a veces pensamos que ser feliz es lo mismo que evitar las experiencias infelices. Sin embargo, enseñar a nuestros hijos a asimilar, procesar y regular las emociones difíciles les ayuda a ser felices más a menudo porque les proporciona un camino a través de los pensamientos y sentimientos turbulentos. Aquí tienes algunas sugerencias para ayudar a tu hijo a superar los momentos emocionales:
Observa los antecedentes: piensa y reflexiona sobre lo que ocurre antes de un estallido emocional. Dependiendo de su capacidad de comunicación, tu hijo puede ayudarte a descubrirlo. No temas equivocarte. Si tu sugerencia es errónea, tu hijo puede unirse a la discusión sólo para corregirte.
Normalizar los sentimientos: los sentimientos están bien y son válidos. A veces la expresión de los sentimientos no está bien, sobre todo cuando implica herirse a sí mismo o a los demás, pero los sentimientos están bien. Ayude a su hijo a entender de dónde vienen sus sentimientos para que pueda ver qué hacer al respecto.
Explore formas alternativas de expresar las emociones: hable con su hijo sobre cómo y cuándo puede expresar distintas emociones. Sea flexible en la expresión dentro de unos límites razonables. Por ejemplo, cuando mi hija se emociona, le gusta gritar. En lugar de no dejarle gritar nunca, le permito gritar fuera mientras juega, pero no dentro de casa. Es una expectativa y un límite razonables.
Disculparse y volver a conectar - a veces nuestro mal humor se refleja en nuestros hijos y no siempre gestionamos bien esos momentos. Disculparse ayuda mucho. Si mi hijo no quiere irse a la cama y me grita sin parar, puede que le deje solo porque es demasiado. Si vuelvo, le ayudo a calmarse, me disculpo, le ofrezco empatía, le digo que lo intentaremos de nuevo mañana, me salto la mayor parte de nuestra rutina, pero termino abrazándole mientras cantamos canciones, entonces ambos estamos regulados y nuestra conexión sigue siendo fuerte.
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